Amazon Prime Video ha seguido la tendencia de la industria del streaming al introducir publicidad en su plataforma, uniéndose así a otros servicios que optan por cobrar un extra a los usuarios para evitar la interrupción de anuncios en sus contenidos o para compartir cuentas. Con esta estrategia, las empresas de video bajo demanda buscan rentabilizar su negocio, que en los últimos dos años ha sido más complejo lograr retornos de inversión sostenible.
Un vacío en la regulación
Recientemente, Amazon Prime Video ha comunicado a sus suscriptores que, para evitar la inserción de publicidad en sus cuentas, deberán abonar un cargo adicional de 50 pesos mensuales. De manera similar, Netflix ha implementado cargos adicionales por compartir suscripciones con amigos o familiares. Pero esta nueva estrategia de las empresas de entretenimiento contradice una de las principales ventajas que ofrecían: la ausencia de comerciales durante la reproducción de los contenidos favoritos de los usuarios. Este cambio no ha sido bien recibido por las audiencias, y podría generar una crisis en la industria, con posibles cancelaciones de suscripciones y acciones legales colectivas por incumplimiento del acuerdo de prestación de servicios. Una fuente especializada en competencia económica que pidió no ser citada, aseguró a Expansión que los suscriptores pueden impulsar una demanda colectiva ante la Profeco por las tarifas extra que han solicitado las plataformas de streaming, a cambio de seguir disfrutando de sus contenidos sin interrupciones o por compartir cuentas. “(Las plataformas) están cambiando los términos del acuerdo original sin autorización del usuario”, dijo la fuente. En Estados Unidos, ya se ha establecido un precedente al respecto. Varios usuarios han presentado una queja colectiva contra Amazon Prime Video por publicidad engañosa e incumplimiento de contrato debido al cargo extra para evitar anuncios en sus contenidos, aunque aún no se ha alcanzado una resolución. Radamés Camargo, analista de la consultora The Ciu, sostiene que las personas perciben los incrementos en las tarifas de suscripción de los servicios de streaming como una “obligación” para seguir disfrutando de un servicio que ya están utilizando. Añadió que esta situación podría llevar a considerar acciones colectivas contra estas empresas. “Estas compañías, con sus modificaciones en el modelo de negocio, están imponiendo unilateralmente aumentos en los pagos de los usuarios”, explicó. No obstante, los expertos reconocen que México enfrenta el desafío de regular a las nuevas compañías digitales, como las plataformas de streaming, que constantemente modifican su modelo de negocio, lo que resulta en aumentos de precios, fusiones y repercusiones para los consumidores. Actualmente, no está claro si la regulación de los mercados digitales corresponde a la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) o al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). “Pero por ahora creo que Profeco debería analizar este asunto de las plataformas junto con las autoridades para continuar fortaleciendo los derechos de los consumidores, ya que se les está exigiendo pagar un extra por el mismo servicio”, dijo Camargo. Expansión solicitó información a Profeco sobre posibles acciones colectivas contra las plataformas de streaming pero hasta la publicación de este texto no emitió comentarios. Según datos de la consultora Statista, se proyecta que esta industria generará ingresos por 1,216 millones de dólares en México para el año 2024. Además, se espera que para el año 2027, el número de suscriptores alcance los 74.9 millones.
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