Cuando las grandes empresas de tecnología estaban en franco crecimiento, los gobiernos de distintos países querían que llegarán a sus países a operar, sin embargo conforme fue creciendo su relevancia, empezaron a tener más foco en el manejo de sus negocios y en el alcance de su poder. Uno de los datos que más puede indicar esta tendencia es la creciente inversión que han hecho las big techs en cabildeo. De acuerdo con The Citizen Lab, Amazon, Meta y Google han incrementado sus gastos en cabildeo de forma sostenida. En 2020, Amazon destinó 18,700 millones de dólares y Meta 19,700 millones, registrando aumentos del 12% y 18% respectivamente, debido a su participación en proyectos de ley como el Honest Ads Act y la Ley de Competencia y Preservación del Periodismo, diseñados para regular la transparencia y las prácticas de mercado en el sector digital.
Las razones de este foco en el caso de Estados Unidos está en que tanto en la gestión de Donald Trump, como en la de Joe Biden, las empresas de tecnología han tenido presencia en audiencias y conversaciones con los reguladores de este país. Sobre todo tras la polémica de Cambridge Analytica, la Cámara de Comercio de EU (FTC) intensificó sus cuestionamientos en torno a las grandes tecnológicas, pero fue en especial 2020 el año en que este esfuerzo por vigilar vigialr se hizo más evidente. Hubo dos nombramientos que fueron clave en este año, el de Lina Khan como directora de la FTC y el de Jonathan Kanter, que también llegó bajo la administración Biden como fiscal general adjunto de la división antimonopolio del Departamento de Justicia de Estados Unidos (DoJ). Ambos son “neobrandeisianos”, seguidores de un movimiento antimonopolio preocupado por cómo un exceso de poder de mercado puede dañar la competencia, llamado así por el antimonopolio estadounidense de principios del siglo XX Louis Brandeis, quien creía que los monopolios son malos para los trabajadores y perjudican la innovación empresarial. De hecho, en diciembre de 2020, la FTC, junto con 46 estados, presentó una demanda antimonopolio contra Meta, la empresa matriz de Facebook, alegando que sus adquisiciones de Instagram y WhatsApp eran anticompetitivas. Por ello estas empresas, no solo enfocan sus esfuerzos de cabildeo en temas relacionados directamente con la tecnología, sino también en áreas como la seguridad nacional y las relaciones comerciales, lo cual se ha convertido en un argumento de peso para resistir regulaciones. En 2021, Google, Amazon y Meta también apoyaron a organizaciones como el Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS), resaltando la narrativa de que la regulación podría impactar la competitividad y la seguridad de EU. Este crecimiento es parte de un cambio general en el cabildeo corporativo: estas empresas buscan anticiparse a las reformas y posicionarse estratégicamente en los debates regulatorios clave en Washington. Y algunas más pequeñas también lo han hecho, por ejemplo OpenAI, que desarrolló la popular herramienta ChatGPT, reportó 800,000 dólares en cabildeo en la primera mitad del año, reflejando su creciente participación en el ámbito legislativo de IA y su esfuerzo por navegar las crecientes regulaciones que afectan la inteligencia artificial.
Y dentro de los grandes pendientes que tendrán tanto Donald Trump, como Kamala Harris será la continuidad de algunas iniciativas que empezaron en la gestión Biden. En octubre de 2020, el DoJ acusó a Google de monopolizar ilegalmente los mercados de búsqueda y publicidad en búsquedas, en particular en dispositivos Android y Apple y tras una audiencia celebrada en Washington a finales de 2023, se determinó que la tecnológica había utilizado ilegalmente su posición monopólica en el mercado de la tecnología de motores de búsqueda para asegurar su posición con socios de dispositivos móviles y sitios web. Pero el tribunal aún debe determinar qué remedios se le impondrán a Google. Pero este enfoque podría cambiar si Donald Trump gana. “Si Trump gana, es muy probable que la nueva presidenta de la FTC sea menos agresiva con las grandes tecnológicas que Lina Khan”, opina el eurodiputado Markus Ferber a EuroNews, que opina que “lo mismo se aplica a otros actores clave de la administración estadounidense”. Otro pendiente que tienen ambos candidatos es la situación de TikTok en EU, una discusión que ha traído distintos panoramas a la mesa, que van desde la posible prohibición de la app, hasta la compra de la misma por parte de una empresa estadounidense. Cabe destacar que progresistas como Elizabeth Warren, Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez son abiertamente favorables a mantener políticas estrictas contra las big tech, mientras que demócratas moderados han mostrado preocupaciones sobre el papel de figuras como Lina Khan, pero aún consideran que Khan y Kanter son esenciales para la gestión de este tipo de iniciativas.
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