En los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, la paratriatleta mexicana, Brenda Osnaya, obtuvo el quinto lugar en triatlón moderno, una competencia que lleva al límite al cuerpo y la mente. Sin embargo, Osnaya aún no está conforme. Es por eso que para París 2024 quiere retarse a sí misma, mejorar sus tiempos y en ese camino, la tecnología será su principal aliada. En el triatlón, los competidores participan en un circuito de 750 metros de natación, cinco kilómetros de carrera en silla de pista y 20 kilómetros de bicicleta de mano, dispositivo en el cual la tecnología de los materiales juega un papel fundamental para el mejoramiento del rendimiento, comparte Osnaya. “En los inicios utilizaba una bicicleta de aluminio, pero al cambiar a la de fibra de carbono mejoré 10 minutos mi tiempo”, señala sobre el cambio de material y cómo marcó la diferencia en sus competencias.
La ciencia y la tecnología no sólo están detrás de los materiales, comenta la atleta, sino también en los procesos de creación de las bicicletas, pues para que un paratleta obtenga el máximo rendimiento, los equipos realizan diferentes pruebas biomecánicas para exponenciar los resultados “En biomecánica se utilizan softwares para detectar si subes más el codo, o en dónde puedes empujar más, dónde hay mayor tracción”, explica Osnaya sobre la combinación entre deporte y tecnología. Sin embargo, reconoce que México está rezagado en esas disciplinas debido a los altos costos de los dispositivos. Para apoyar a Brenda, Uber anunció un patrocinio de 25,000 dólares, con la finalidad de financiar su nueva bicicleta de mano, hecha con fibra de carbono, la cual, precisa, cuesta alrededor de 450,000 pesos.
Tecnología en la preparación A pesar de que la tecnología marca una diferencia en los dispositivos que usan los deportistas durante las competiciones, Osnaya resalta que también se utiliza para mejorar diferentes aspectos de la preparación, específicamente a través de sistemas de simulación de una carrera real y relojes inteligentes. La bicicleta de mano, explica, se puede programar para hacerla más resistente a los movimientos de la atleta. Esto representa una simulación de situaciones específicas durante la competición, como momentos de la carrera en donde se requiera mayor cadencia o potencia ante una mayor altura del terreno. Asimismo, ella y su equipo utilizan los smartwatches para controlar otros aspectos importantes de la preparación física, como lo son los niveles y calidad de sueño o las calorías que consume a diario, entre otros elementos. William Quinn, futurólogo y especialista en gemelos digitales de Tata Consultancy Services (TCS), explicó a Expansión que la tecnología tiene aplicaciones dependiendo del deporte e incluso la zona del cuerpo de la cual se busca obtener un mejor rendimiento. Por ejemplo, es posible conocer la variación en los niveles de glucosa y cómo se traduce en la actividad deportiva. Por mencionar un ejemplo, Des Linden, ganadora del maratón de Boston y dos veces maratonista olímpica, trabajó con TCS para desarrollar un gemelo digital de su corazón, diseñado para optimizar su rendimiento atlético y mejorar la atención médica personalizada. Esta tecnología fue vital para hacer una réplica virtual en tiempo real de su corazón y entregar datos precisos sobre su funcionamiento, eficiencia y respuesta a diversas condiciones. En el caso de Osnaya, los recursos tecnológicos tienen un objetivo: que París 2024 sea el escenario ideal para romper la marca que estableció en Tokio 2020, pues si bien quiere conseguir el oro olímpico, el primer rival a vencer es ella misma.
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